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Bocydium

El insecto más extraño del mundo también existe en Colombia

Textos y fotografías:

Camilo Flórez Valencia

Bocydium sanmiguelense fue descubierto hace poco y descrito este año, dedicado al sitio donde nace el río Medellín, el Alto de San Miguel (municipio de Caldas, Antioquia).

La belleza de los insectos está oculta en su pequeñez. Al acercarse a ellos, es posible descubrir algunos de los seres más impresionantes de la naturaleza.

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En el Museo de Historia Natural de Berlín, se encuentra la escultura de uno de los organismos denominado “el insecto más extraño del mundo”, realizada por el alemán Alfred Keller en 1953. De esta escultura se mencionaba que era producto de la imaginación de este talentoso escultor, de un insecto con una estructura parecida a un helicóptero, o a un órgano ultrasensitivo, o a uno de esos hongos que se alimentan de insectos y los vuelven zombies, o a una araña cargando su presa, o alguna escultura surrealista. Sin embargo, este maravilloso organismo existe, y no es sólo una, son 19 especies actualmente descritas, de las cuales 7 están en Colombia y 1 está en el Valle de Aburrá.

​​Escultura de Bocydium globulare realizada por Alfred Keller en el Museo de Berlín (Fotos: Augusto L. Montoya).

El universo de los insectos es quizás uno de los universos en la naturaleza con más belleza. Esto es contrario a lo que socialmente se concibe de los insectos, como organismos feos y perversos, que pican, muerden, se comen las cosechas, son sucios, enferman y molestan. Sin embargo, hay que acercarse a verlos, para descubrir la majestuosa belleza de lo pequeño, de millones de seres que pasan desapercibidos. Y esa increíble belleza se refleja de muchas maneras. Una de tantas es la diversidad de especies, que puede llegar a millones. Pero hay otra forma en que se refleja esa belleza, y es la inimaginable diversidad de formas, colores, tamaños y comportamientos que pueden tener los insectos.

Un buen ejemplo de la diversidad de formas se encuentra en la familia de insectos Membracidae. Estos son insectos chupadores que se alimentan de la savia de las plantas y se encuentran dentro del orden Hemiptera junto a los chinches, grajos, pitos, y más relacionado con las chicharras, chicharritas y salivazos. Este grupo es reconocido dentro de los insectos porque su ‘pronoto’ se encuentra muy desarrollado en la mayoría de especies. El pronoto es una estructura que se ubica en la región dorsal del primer segmento del tórax, justo detrás de la cabeza. Es como pensar en una joroba, una joroba con miles de formas, como espinas, ramas, hojas secas, estípulas, avispas, hormigas, cucarrones, o hasta formas extravagantes e inexplicables. Dentro de los miles, y muy particulares están las formas del género Bocydium.

 

 

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Es tan particular la forma del pronoto que tienen los Bocydium que se han ganado un puesto dentro de los insectos más extraños del mundo. Al buscar en internet acerca de los insectos más raros del mundo, es posible toparse con una escultura que se encuentra en el Museo de Historia Natural de Berlín realizada por Alfred Keller en 1953. Muchas personas mencionaron que ese organismo había sido producto de la imaginación de este artista. Sin embargo, esta escultura es un modelo ampliado más de 100 veces de un membrácido de la especie Bocydium globulare. Esta especie se encuentra distribuida en el Amazonas, y al igual que las otras especies dentro del género Bocydium, tiene una forma muy particular por su pronoto con un eje que sostiene un conjunto de globos y espinas.

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Adultos de Bocydium sanmiguelense en el envés de hoja de Meriania sp. (Melastomataceae). Esta especie se encuentra a tan sólo 40 minutos de Medellín, en el Alto de San Miguel, en el nacimiento del Río Medellín.

Los adultos de Bocydium sakakibarai son más solitarios que otras especies de Bocydium. Esta especie se encuentra en la Cordillera Occidental, registrado en PNN Tatamá y PNN Farallones de Cali.

A pesar de las diferentes formas del pronoto en estos insectos, aún se desconoce la función que cumple en los Bocydium y muchos otros membrácidos.

Y, ¿para qué sirve esta estructura? Aún no hay una respuesta clara. Hay muchas hipótesis alrededor de esta estructura en Bocydium, la mayoría se refieren a algún tipo de camuflaje, en el que el pronoto parece imitar el micelio de hongos entomopatógenos (hongos que parasitan insectos), una araña cargando su presa, hormigas, semillas con espinas. O también podría ser una forma sin alguna explicación, algo surrealista.

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Aunque la especie más famosa es Bocydium globulare, hasta ahora han sido descritas 19 especies de Bocydium, distribuidas desde Costa Rica hasta el sur de Brasil, y nueve se encuentran en Colombia. Tres de estas han sido registradas en la Cordillera Occidental, una en la Cordillera Central y las otras cinco en la Cordillera Oriental, los Llanos Orientales y el Amazonas. Tres de las anteriores especies fueron descritas recientemente: Bocydium sanmiguelense dedicada al Alto de San Miguel en el municipio de Caldas (Antioquia); B. tatamaense dedicada al imponente cerro Tatamá (Risaralda); y B. sakakibarai descrita de Farallones de Cali (Valle del Cauca) y Tatamá, esta dedicada a uno de los más importantes taxónomos de membrácidos, Albino Sakakibara.

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Adulto de Bocydium tatamaense, especie dedicada al imponente cerro Tatamá.

Algunos Bocydium pueden formar agrupaciones pequeñas bajo hojas, como esta de B. sanmiguelense.

Para encontrar estos magníficos organismos, no es necesario visitar el museo de historia natural  en Berlín, ni realizar una expedición a lo más recóndito de la Amazonía, a sólo 40 minutos de Medellín, en el Alto de San Miguel, se encuentra Bocydium sanmiguelense, una nueva especie descrita del sitio donde nace el río Medellín. A pesar de ser un lugar frecuentado por muchos habitantes del Valle de Aburrá, sólo hasta el año pasado se encontraron los primeros especímenes y hasta este año la especie fue descrita formalmente. Los adultos y ninfas de B. sanmiguelense viven exclusivamente en una planta del género Meriania, perteneciente a la misma familia vegetal del Sietecueros y el Amarraboyos (Melastomataceae). Curiosamente, esta planta se encuentra alrededor de los caminos que conducen al Refugio de Vida Silvestre del Alto de San Miguel, y aún no ha sido descrita, es decir, es otra especie nueva para la ciencia y para nuestro lenguaje.

Ninfas de Bocydium sakakibarai casi imperceptibles debida a la impresionante similitud que tienen con su planta hospedera.

En las montañas asombrosas e inexploradas de la Cordillera Occidental, se encuentran B. sakakibarai y B. tatamaense. En el PNN Tatamá, estas dos especies viven en el mismo bosque, pero como vecinas, en plantas hospederas diferentes, y nunca intercambian de plantas, que es lo mismo que decir que una especie no usa la casa de la otra especie. Sus estadios inmaduros se camuflan de manera extraordinaria con sus plantas hospederas, imitando incluso la pubescencia de la planta. Al igual que otras especies del género, los adultos y ninfas tienden a ser solitarios o formar pequeñas agrupaciones. Bocydium sakakibarai también ha sido registrado en el PNN Farallones de Cali, donde se ha encontrado compartiendo la planta hospedera con otros membrácidos, a pocos metros del Campamento Yatacué en la Central Hidroeléctrica Alto Anchicayá.

Bocydium germarii. Esta especie no ha sido registrada en Colombia, pero tiene una amplia distribución en Brasil.

Estos seres maravillosos y “diminutos”, no tienen cara de nada y a la vez de todo, se han ganado con justa razón su puesto entre los insectos más extraños del mundo. Viven más cerca de nosotros de lo que pensamos, y a pesar de no cumplir con funciones directas para la sociedad, existen en el  entorno para celebrar la majestuosidad de la naturaleza. Y esto, a pesar de no verse reflejado en la economía, es la materia real que sirve para vivir, una posibilidad de reencantamiento de todo lo que nos rodea.

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